domingo, abril 26, 2009

Sin importar si somos bellos o feos, todos somos capaces de ser más atractivos. Conoce cómo

¿Cuál es el secreto?

     Eva Díaz Moreno


Muchas veces hemos escuchado que el sex appeal de alguien es muy grande y que por eso los demás caen rendidos a sus pies, pero ¿qué es esa característica que todos quisieran poseer?

El sex appeal se define como el atractivo físico y sexual de cada persona. Con estos elementos es fácil determinar que la gente bonita (obedeciendo a los estereotipos actuales, es decir, delgada, de piernas largas y cintura pequeña en el caso de ellas, y cuerpo atlético y fuerte en el caso de los varones), tienen más sex appeal que quienes no encajen en estos parámetros.

En agosto de 2008, el equipo de sicología evolutiva de la Universidad de Brunel, en Reino Unido, llegó a la conclusión que sin importar la cultura, el cerebro reaccionaba igual, considerando más atractivos los rostros y anatomías con mayor simetría.

La hipótesis en la que se basaron es que inconscientemente el cerebro capta un cuerpo armónico como sinónimo de uno sano, lo que se traduce en una mejor calidad genética a la hora de la reproducción y, por supuesto, una mayor capacidad de competencia frente a los demás.

A esta conclusión llegaron después de crear imágenes tridimensionales de anatomías de 40 hombres y 37 mujeres de 21 años. Midieron cuello, hombros, bíceps, tobillos, pantorrillas y cintura y después los dieron a calificar a 87 jóvenes. Los resultados arrojaron que los cuerpos más simétricos eran escogidos con mayor facilidad y determinaron que tenían más sex appeal.

La conclusión parece lógica, pero ¿qué pasa con quienes no cumplen con esta característica, pero sí despiertan pasiones? Ejemplos hay muchos, como Mick Jagger, líder de The Rolling Stones, Alberto Estrella o Luis Felipe Tovar, quienes no encajan con el estereotipo de hombre guapo pero son considerados muy sexies.

Hace menos de un año dos universidades escocesas, Stirling y Aberdeen, hicieron nuevos estudios, cuyos resultados fueron publicados por el diario español El País. La conclusión apunta a que el atractivo de una persona no depende de si es alto, delgado, gordo o chaparro, lo que realmente importa es una mirada intensa y una sonrisa de oreja a oreja.

Sonreír y mirar a los ojos a nuestro interlocutor son claves en el ritual de cortejo sexual y en toda relación.

Para llegar a este resultado los científicos entregaron a cientos de personas un par de fotografías aparentemente iguales, sin embargo, había una pequeña diferencia: En una de la persona no miraba a la cámara.

Cuando se les preguntó cuál les parecía sexualmente más atractiva, casi el ciento por ciento se inclinó por la que miraba a la cámara.

Otros hallazgos hechos por sicólogos de las universidades británicas Aberdeen, Durhan y Saint Andrews, publicados en la revista Psychological Science, afirman que el sex appeal de una persona radica más en la determinación que en la belleza.

Ben Jones, coautor del estudio, explicó que no se trata sólo de simetría y belleza en el rostro, o del tono de voz ya que los mecanismos para determinar la atracción son más complejos, pero que lo principal es una franca sonrisa y la mirada fija en el interlocutor, captando la atención de éste.

La conclusión más importante es que las personas muestran más interés por quienes están dispuestos a corresponder a sus deseos y esto lo hacen evidente a través de la sonrisa, mirando a los ojos o simplemente diciéndole que le gusta.

En una palabra, el tan apreciado sex appeal no es otra cosa que actitud y eso lo tenía bien claro María Félix, la diva del cine mexicano, cuando decía: “No es suficiente ser bonita, hay que saberlo ser”. Ella es el mejor ejemplo de usar la mirada para conquistar su entorno.

El sex appeal no es inalcanzable, ni privilegio de pocos. Todos, chicos, grandes, altos, bajos, llenitos o delgados, tienen la misma capacidad de acrecentar su atracción, basta una sonrisa, atención a tu interlocutor y determinación

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